LA OTRA VIDA DE RACHEL

Rachel tiene veinte años, un novio atractivo y cariñoso, un grupo de amigos maravillosos y todo el futuro por delante. Pero unos días antes de que se marche a la universidad, durante la cena de despedida, ocurre una terrible desgracia.

Cinco años después vive sola en un piso minúsculo de Londres, con un trabajo sin futuro, aislada de todos y con un eterno sentimiento de culpa por aquel trágico suceso que lo alteró todo. Haría lo que fuera por dar marcha atrás al reloj, pero la vida no funciona de esa manera… ¿O tal vez sí?

Cuando regresa a su pueblo por primera vez desde aquella noche, sufre una caída y se golpea la cabeza. Al despertarse en el hospital, todo ha cambiado. Es como si su vida hubiera tomado un rumbo distinto desde el día de la despedida. Está comprometida con un chico fantástico, vive rodeada por su familia y sus amigos, tiene la carrera profesional con la que siempre había soñado, y su mejor amigo sigue a su lado. Pero ¿por qué no consigue deshacerse de esos extraños recuerdos de una existencia muy distinta? Y ¿ya tiene claro quién es el amor de su vida?

Una semana después de haber acabado La otra vida de Rachel, aún no sé qué pensar al respecto de este libro. Me ha gustado, eso no puedo negarlo, pero llegada la mitad del libro empezó a parecerme sumamente previsible, y el final que podría haber hecho que mi sensible corazón se rompiera en pedacitos me dejó un poco indiferente.

Os cuento.

La vida de Rachel se ve truncada cuando durante una cena con sus mejores amigos un coche se estrella contra la ventana junto a la que ellos se encuentran. Su mejor amigo, Jimmy, pierde la vida al salvarla y Rachel nunca vuelve a ser la misma. 

Antes del accidente, Rachel planeaba ir a la universidad y ser feliz con su guapísimo y perfecto novio, pero tras el accidente acabó con su relación y no quiso saber nada sobre la universidad. 

Triste y deprimida la protagonista se arma de valor y vuelve al pueblo que no ha pisado desde hace cinco años para acudir a la boda de su mejor amiga. Volver a su casa es demasiado duro para ella, el lugar le recuerda a Jimmy, a la vida perfecta que podría haber tenido si ese coche no hubiera impactado contra aquella ventana. Pero algo ocurre, cuando ella va a visitar durante la madrugada la tumba de su amigo cae y tras golpearse la cabeza se desmaya. 

Cuando Rachel despierta, se encuentra con una vida totalmente diferente, Jimmy está vivo, ella prometida con su antiguo novio, y ningún rastro de aquel accidente traumático que cambió su vida. 

Ya os lo he dicho, la historia me ha gustado, no es demasiado empalagosa e intriga bastante. Pero claro, saber como acabaría me dejó un poco indiferente al final. 

Eso sí, lo recomiendo muchísimo, estoy convencida de que gustará a aquellos que no tengan el mismo sexto sentido que yo ;)