RESEÑA - ÁNGELES CAÍDOS

Han pasado seis semanas desde que los ángeles del Apocalipsis descendieron para demoler el mundo moderno. Las pandillas callejeras gobiernan los días mientras el miedo y la superstición controlan la noche. Unos ángeles guerreros se llevan consigo a una indefensa niña pequeña, pero Penryn, su hermana de diecisiete años, hará lo que sea para recuperarla. Cualquier cosa, incluso llegar a un pacto con un ángel enemigo. Raffe es un ángel que se encuentra a punto de sucumbir a manos de otros ángeles rivales y sin alas con las que defenderse. Después de librar sus propias batallas durante eones, se encuentra a sí mismo siendo rescatado de una situación desesperada por una adolescente medio hambrienta. Viajando a través del ahora oscuro y retorcido Estado de California del Norte, solo se tendrán el uno al otro para sobrevivir. Juntos, viajarán al bastión de Los Ángeles en San Francisco, donde ella lo arriesgará todo para rescatar a su hermana y él se pondrá a merced de sus más grandes enemigos para recuperar su grandeza perdida.

No sé muy bien como hacer esta reseña, Ángeles Caídos es un libro tan diferente a lo que estamos acostumbrados a leer en literatura juvenil que no sé muy bien qué decir al respecto... 

El mundo ha dejado de ser tal y como era, los ángeles no son los seres bondadosos que nos han hecho creer, y han acabado con el mundo moderno. Sin electricidad no haz luz, no hay comida. Los humanos viven como antiguamente, moviéndose a pie y cazando su propia comida. 

La ciudad está tomada por pandillas callejeras que lo gobiernan todo y es difícil salir a la calle sin que te atraquen. 

Penryn, la protagonista, es una chica con carácter, muy fuerte y dura, con una única debilidad, su hermana pequeña. El día que los ángeles se la llevan Penryn no se anda con chiquilladas, no pierde el tiempo llorando en un rincón y decide ir a buscarla. 

Los ángeles que se llevaron a su hermana también hirieron y cortaron las alas a uno de los ángeles, y lo abandonaron a su suerte en la tierra. Así que Penryn decide salvarlo, curar sus heridas y tenerlo como rehén, es la única posibilidad que tiene de descubrir a dónde se han llevado a Penryn y poder salvarla. 

Pero lejos de ser un ángel sanguinario, Raffe es un apuesto ángel con la apariencia de un muchacho, muy seguro de sí mismo y con un carácter muy similar al de Penryn.

No sabe donde está la hermana de la chica, ni por qué se la han llevado, pero siguiendo sus propios intereses, está dispuesto a ayudarla. 

Juntos tendrán que correr riesgos que no imaginaron nunca que correrían, y a pesar de su constante lucha de palabras consiguen ser buenos compañeros de viaje, al menos todo lo buenos que pueden ser un humano y un ángel. 

¿Puntos a favor de la historia? Los personajes, sin duda, solemos encontrarnos con la típica trama de chica tonta que debe ser salvada por el heroico ángel. Pero nada más lejos de la realidad, los protagonistas se sacan las castañas del fuego el uno al otro en varias ocasiones, y Penryn no se deja amilanar en ningún momento. Durante toda la novela ambos conservan su sarcástico sentido del humor, y podemos ver lo parecidos que son en muchos aspectos.

También se agradece el giro de tuerca que le han dado a los ángeles, pasando de ser seres que velan por nosotros a destruir nuestro hogar. 

Y ya por agradecer, agradezco que no sea otra "arrolladora historia de amor juvenil", es obvio que  habiendo dos personajes de sexos opuestos aunque sea una pizquita de amor habrá, pero prometo que las pocas escenas dulces que hay no dan dolor de barriga.

Si queréis leer algo diferente dentro de este género que tanto nos gusta, ¡corred a por vuestro ejemplar, insensatos!